Las modas van pasando y la ropa se va acumulando en el ropero, hasta que descubres que ya no queda más espacio. Entonces ha llegado el momento de organizar tu ropero, puede parecer una tarea imposible, pero solo es cuestión planificación y selección. Elegir un buen ropero, al igual que un buen sofa es importante porque son los muebles que más usamos.
Ropero
Elegir un buen ropero significa elegir uno que se adapte a tus necesidades, por eso, debes tomar en cuenta el ancho la configuración que deseas.
El tamaño es una de las principales características a tomar en cuenta en un ropero. Antes de elegir un ropero mide el espacio donde lo colocarás: el alto, el ancho y la profundidad. Los roperos de ahora son un conjunto de módulos y puertas que permiten realizar diferentes combinaciones de colores y formas.
Otro de los aspectos importantes es el tipo de puertas. Pueden ser: Abatibles, con bisagras de cierre suave (necesitan mínimo 1 m de espacio para abrirlos) y Correderas, con rieles invisibles. Son más cómodas y prácticas para ambientes pequeños.
También debes tener en cuenta la ropa que vas a guardar. Las prendas y objetos de uso personal tienen diferentes espacios de almacenamiento, por ejemplo, si tu ropa necesita estar colgada en una o más barras o guardadas en repisas y cajones.
Una vez que hayas escogido la ropa que irá al ropero, fíjate el interior. Toma en cuenta si el ropero tiene suficientes barras, cajones y repisas, o si prefieres los espacios interiores más abiertos y amplios.
En cuanto a los tipos, ahora pueden encontrarse roperos: Clásicos, con características definidas para una organización más convencional y Modulares, que son más prácticos y versátiles.
Los roperos modernos son fabricados con tres tipos de materiales: 1) Aglomerado con folio, son tableros de madera aglomerada recubiertos con folio, una especie de papel de gran duración y adhesión, 2) MDF, son tableros de fibra de densidad media, recubiertos con un barniz especial de alta resistencia y 3) Melamina, son tableros de madera aglomerada con una superficie muy dura y resistente al desgaste.
Sofá
Antes de comprar un sofá ten en cuenta lo siguiente: las medidas de la sala, su distribución y cuántas personas lo utilizarán a diario.
Si lo compras en una mueblería prueba distintas maneras de sentarte, además de elegir el tipo de asiento: fijo, extraíbles o motorizados.
Pero si decides comprar el sofá en línea, toma en cuenta las medidas, verifica al vendedor y comprueba si el sofá tiene opiniones de otros compradores, te ayudará mucho a decidir. Y, si quieres más información, no dudes en ponerte en contacto con la tienda.
Para elegir un buen sofá debes tener en cuenta estos tres detalles: 1) Una estructura de madera maciza o metálica –de acero o aluminio–, 2) Contar con un sistema de cinchas o de muelles en zigzag que aguante los cojines y 3) Que las patas formen parte de la estructura del sofá. Porque las que están atornilladas son más inseguras.
Otro dato importante de un sofá es el relleno y el tejido. Para que este mueble sea cómodo no debe ser ni blando ni duro, para ello, los rellenos deben ser de calidad, es decir, debe tener espumas de alta resistencia que se deforman poco
La espuma viscoelástica, los muelles o la espuma de poliuretano HR, que tiene una gran resistencia y durabilidad y se deforma poco, son las opciones habituales y los respaldos deben ser de pluma, de fibra hueca siliconada de alta recuperación o de espuma HR.
¿Cuáles son las mejores tapicerías para un sofá? Existen varios tipos de tapicería, por ejemplo:
Tapicería de algodón, son muy elástica, es resistente y no se deforma con facilidad. Además, es fresca. Viene en diferentes colores y estampados.
Tapicería de chenilla, son muy suaves por su mezcla de tejidos sintéticos y naturales que le dan un acabado aterciopelado. Son resistentes y se arruga poco. Cambia de color según la luz que recibe.
Tapicería de piel, resiste bien el paso del tiempo. Se limpia con un paño humedecido en agua y con crema especial cada 4 o 6 meses.